Las personas diagnosticadas con párkinson a menudo pueden seguir trabajando durante muchos años, pero para algunas, la progresión de su enfermedad o la naturaleza de su trabajo pueden dificultar el trabajo.

Un cambio en las modalidades de trabajo, como la reducción de la jornada laboral, la adaptación del espacio de desempeño del mismo con equipos de fácil manejo o el cambio de trabajo pueden ayudar a las personas con párkinson a seguir trabajando1. Los jóvenes que tienen síntomas leves y una duración más corta de la enfermedad de Parkinson suelen ser capaces de trabajar durante más tiempo2.