Además del tratamiento farmacológico, existen medidas no farmacológicas que han demostrado eficacia en el tratamiento del párkinson y que pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de los pacientes:1-4

  • Fisioterapia: fomenta la autonomía personal y la calidad de la vida mediante la mejora de la movilidad, la marcha y la estabilidad.
  • Logopedia: trata de mejorar las capacidades comunicativas y deglutorias.
  • Terapia ocupacional: busca mantener el nivel habitual de las actividades básicas de la vida.
  • Terapia cognitiva: trata de ralentizar el deterioro potenciando las habilidades cognitivas.
  • Apoyo emocional y psicológico: busca reducir el impacto de la enfermedad y sus síntomas en la vida diaria tanto del paciente como de su familia.

Estas terapias han de estar adaptadas a las necesidades de cada persona y su éxito residirá en su aplicación precoz y constante a lo largo de la vida de la persona con párkinson.1-2