Aunque el párkinson es una enfermedad neurodegenerativa puede ir acompañada de alteraciones adicionales, derivadas de la afectación de otros órganos o sistemas del organismo:1-4
Problemas para masticar y tragar debido a la afectación de los músculos orofaciales.
Alteraciones del sueño.
Incontinencia urinaria.
Estreñimiento, por enlentecimiento del tránsito intestinal.
Cambios en la presión arterial.
Alteraciones de la visión: dificultad para discriminar colores, sequedad ocular y problemas en la visión cercana, visión doble.
Disfunción del olfato.
Fatiga.
Dolor en áreas específicas o en todo el cuerpo.
Disfunción sexual (disminución del deseo sexual o en el rendimiento sexual).
Dificultad para pensar.
Cambios emocionales.
Debido a estas complicaciones y para proporcionar la atención integral que requiere un paciente con párkinson, su tratamiento puede necesitar de un abordaje multidisciplinar en el que podrán estar implicadas diferentes especialidades: Neurología, Geriatría, Atención Primaria, Psiquiatría, Fisioterapia, Logopedia, Gastroenterología, Neurocirugía, Enfermería, Terapia Ocupacional, Psicología y Trabajo Social e incluso especialistas en las áreas de Nutrición o Sexología.2